viernes, 8 de febrero de 2013

Trabajará quien quiera


¡Pues no! Me quedan muy pocas dudas de que esta obra procura las líneas y caminos que se van a recorrer en el futuro sin que nadie pueda hacer nada por impedirlo. Un cambio, en bien de la sociedad y de la humanidad, que servido por la conciencia social, ya se está dando más o menos conscientemente desde las nuevas actitudes de las gentes que van conformando la necesidad de ese cambio.
En pocos años, nada será como lo estamos viendo ahora.
No por ello, hay que estar a lo que hay que estar puesto que:
* Hay que ir preparando el camino para andarlo despacio.
* Hay que programar las conciencias ante lo inminente.
* Hemos de cambiar el sistema para que pronto sea posible.

Mi amigo Xabier lo tiene muy claro y lo explica con una sola frase. Una frase de pocas palabras, dicha como si fuera la expresión perfecta de una provocación a la que nadie puede hacer frente.
- ¡En unos pocos años trabajará quien quiera…!
Y se queda tan ancho detrás de esa voz que suena bajo.
Y pone una cara inocente para que nadie le suelte un manotazo.
La primera vez que se le escucha entran ganas de no hacerle caso y ni siquiera pensar ¿qué estará diciendo éste?
Yo creo que Xabier, después de haber observado y reflexionado durante toda su vida sobre el mundo del trabajo, siendo según fueran las circunstancias de su vida en cada época: empresario, trabajador, parado y jubilado, también es capaz de defender su conclusión con una sola pregunta como si no tuviera otra
Y lanza esa pregunta que no espera que nadie conteste:
-¿Quién se hubiera podido imaginar nada más que hace cien años que podría haber personas a las que se les pagara una cantidad cada mes para que pudieran vivir sin trabajar y que no trabajaran…? 
- ¡Y eso ahora se ve tan normal…!
Y vuelve a contestar.
Xabier ya no te deja ni respirar, sabe que si respiras le vas a soltar de la misma letanía que le quieren hacer respirar a él de toda vida de dios, los de siempre. Respuestas que ya lo tienen aburrido de tanto esfuerzo como predican y de tanto quehacer, de hacer y deshacer.
- ¡Y ahora parte importante de la población vive sin trabajar…!
- ¡Y algunos no han trabajado en su vida…!
- ¡Y llevan toda la vida cobrando…!
- ¡Hasta dos pagas tienen algunas personas…!
- Y a todos nos parece tan normal…!
- ¡Hasta quien no tiene trabajo tiene un salario de garantía…!
- Aunque con esta crisis se esté reajustando todo…!
- Pero quedará una base desde la que volver a empezar.
Parece como si no dijera nada y lo dice todo.
Xabier es un hombre pequeño y tranquilo, con esa tranquilidad que dan los años y que permite no tener ni miedo ni respeto por nada de lo que nos enseñaron que habíamos de temer y respetar.
Cuando te habla te mira a la cara y te persigue con su mirada sin dejar que se escape la tuya hacia las musarañas y sigue diciendo sin importarle qué puedas tú estar pensando, y como si en ese instante no hubiera más razón que la suya:
- Si te pones a contar nada más que entre la gente que tú conoces en tu alrededor, y buscas las personas que están: jubiladas, prejubiladas, paradas, pensionadas, subvencionadas… ya te faltan números para llegar a contarlas a todas… y que conste que a mí me parece bien… porque son muchas las circunstancias por las que ya se ha llegado a que una parte importante de la población esté en esas condiciones de no necesitar del trabajo para vivir… y será más de una cuarta parte la que cobra del común sin trabajar… y para qué te voy a decir lo contrario si soy uno de ellos.
Como no te queda otro remedio que aguantar lo que te dice, le vas cogiendo el rollo de lo que explica y lo sigues sin darte cuenta de que te está empezando a interesar lo que dice, y a la vez, empiezas a caer en una realidad a la que estás tan acostumbrado que hasta ese momento te parece tan normal que no le dabas importancia. Sí que es verdad que ya hay muchas personas que cobran sin trabajar y que se admite más que con normalidad, como un derecho de esas personas.
Y sigue diciendo:
- Y entre esa parte de la población que vive sin trabajar y que dice para justificar lo que cobra que bastante trabajó antes, aunque luego hay justificaciones de todo tipo porque nunca nadie trabajó tanto como dice, te puedo asegurar, que hay algunas personas con una actividad ociosa pero altruista y laboriosa, que hacen más cosas de valor y beneficio a la sociedad que las que hicieron cuando trabajaban y les pagaban el sueldo con el que pudieron llevar la sal a sus casas, y que a ellas, esta actividad ociosa les produce más satisfacción personal que cuando se ganaban el pan con el sudor de su frente y eso que era el pilar de su orgullo personal.
Y mi amigo Xabier no para de hablar, y te coge del brazo para que le escuches más de cerca porque lo que te va a preguntar ahora es importante aunque tampoco te va a dejar que le contestes.
- Además ¿para qué trabajar…? si son muy pocas las personas que trabajan para algo que nos merezca la pena a los demás… si en realidad todos trabajamos en el cuento sin hacer nada de fundamento para el resto… nada que nos sirva a los demás para ser más felices… si la mayoría nos hemos inventado un trabajo para hacer como que trabajamos… A ver… ¿tú en qué trabajas… cultivas tomates…? ¿pues no ves…? ¡ya está…!
Y mientras tú estás todavía pensando en los tomates sigue:
- La gran mayoría de los trabajos son un entretenimiento absurdo sin más obligación que meter horas peleando contra  el aburrimiento. Y las personas que hacen esos trabajos cobran aunque de nada sirva lo que hacen, porque la mayoría de las veces son trabajos inútiles que nadie los ha pensado para que sirvieran de algo… y que en el fondo su única utilidad es que alguien cobre… o sea que se podrían pagar igual aunque no trabajaran… al menos así: no se darían importancia ni molestarían.
Se calla y ya te deja decir y tú no puedes decir nada.
Solamente una pregunta te viene a la cabeza.
- Y entonces ¿qué hará la gente si no quiere trabajar…?
- Pues qué va a hacer ababol…: trabajar.
- Trabajar en lo que le guste y no darle más valor al trabajo que la satisfacción que le produce su trabajo… y trabajar será para las personas inventarse una faena cada día, aunque algunas de esas tareas tampoco sirvan para nada… pero al menos no se verá nadie en la obligación de trabajar para tener otros derechos.
Pues sí que estamos bien: tanto rodeo para llegar al mismo sitio.
- ¿Y quién va a hacer las cosas necesarias…?
- Pues quien las va a hacer: quien lo ha hecho siempre: la naturaleza que es capaz de abastecernos de todo lo que necesitamos y que hay quien se ha apropiado de los recursos que tiene.
Por un momento parece enfadarse consigo mismo.
- ¿Es que estamos tontos…? ¿para qué están las máquinas y las tecnologías…? ¡Pero si trabajando la mitad pueden producir el doble de lo que necesitamos… que haya que explicarte a ti estas cosas…!
Le parece imposible tener que explicar ciertas cosas una vez más.
- Que los tiempos van corriendo y la oferta y la demanda en el mercado del trabajo, encontrará su punto de ajuste… y los cambios llegarán y al trabajo… ese trabajo que  ahora se entiende como producto infinito que se puede devaluar en el mercado llegará a perder todo su valor como mercancía… si ya no hay nada qué hacer… que casi todo que había que hacer ya está hecho.
Lo cierto es que verdaderamente  casi todo está hecho pero no obstante preguntas para que no se quede sin gustar ninguna tajada:
- Y habrá para todos…?
- ¿Cómo no va a haber para todos si lo hay hoy… a pesar de todo…? y sobre todo, habrá para los que ahora ni hay ni tienen. ¡Parece mentira que haya que explicarte a ti estas cosas…!
La verdad es que es difícil encontrar la razón de la idea con raíces bardeneras de mi amigo, pero lo cierto es que en cuanto le doy un par de vueltas encuentro una razón que se cae por su propio peso.
En el fondo y a largo plazo, aunque él no se lo crea estoy de acuerdo con mi amigo Xabier no dice ninguna tontería sino que dice en poco rato muchas cosas diferentes en las que pensar.

2 comentarios:

  1. Voy a contar muchas pequeñas historias en esta obra así como testimonios símbolicos de mis amisgo. Estad seguros que todos son ciertos y que ninguno de ellos se deben a mi imaginación ni a un interés de tratar de poner mis ideas en boca de otras personas.

    ResponderEliminar
  2. La concepción del trabajo que plantea el amigo Xabier, y la que se plantea en estos capitulos, es más que acertada desde mi punto de vista.
    Si bien de primeras pueden parecer un montón de ideas sin sentido, si nos paramos a pensar en ellas pocas personas serian las que no estarían de acuerdo. O no y me equivoco.
    Por que lo cierto es que a día de hoy pocos están dispuestos a cambiar su concepción del trabajo. Al fin y al cabo el trabajo es el que les da derechos y posibilidades. Aun en estos momenos tan convulsos tengo la sensación de que las personas salen a la calle, no para cambiar el sisteman en el que vivimos y acercarnos a lo que recogen las lineas de estos capitulos, si no que salen a la calle para volver al estatus que hasta ahora tenían, en el que con el trabajo ganaban más y podian "vivir mejor" aun a costa de los demás y sosteniendo esta maldición divina.

    ResponderEliminar