No todas, pero sí la mayoría de las personas más
representativas de esa parte de la sociedad que no trabaja y que de alguna
manera tiene asegurado su medio de vida sin más obligación que demostrar que
sigue viva, tienen una remuneración mensual vitalicia a la que llamamos pensión
y que es uno de los logros sociales del siglo XX.
Dicen que por lo que trabajaron.
Y por lo que ya pagaron.
Una verdad a medias.
Aunque creo que hay mucho que hablar de las pensiones,
no trato de poner en cuestión un sistema que garantiza el derecho de jubilación
que lleva casi un siglo siendo más o menos eficiente y que trató de conseguir
con un acuerdo social tácito por el que cada generación sostiene a la
generación anterior como a ésta sostendrá a la siguiente, y que así: no fuera
necesario tener hijos que en cada ámbito familiar asumieran la obligación de sostener
a los progenitores conforme fueran envejeciendo.
Vista así esta idea parece estar a punto de fracasar.
Todo ha cambiado mucho pero nada ha cambiado.
Los hijos propios o ajenos han de pagar la pensión.
Los nietos también nos habrán de pagar la pensión.
Si los tenemos.
Una nueva realidad se
ha compuesto.
Cuando fueron concebidas las pensiones como un derecho
con vocación de universal, nacieron en medio de una estructura de la pirámide
social en la que la población mayor siempre era mucho menor que la población
joven. En esos tiempos al parecer hicieron pocas cuentas y previsiones porque
lo importante era establecer el sistema y recorrer un camino que fuera
mostrando el futuro.
El futuro y la pirámide poblacional ha cambiado en los
últimos años debido entre otras causas a:
·
Los avances de la
medicina,
·
La atención y
prevención médica gratuita a toda la población.
·
La calidad de
vida en algunos aspectos muy cotidianos.
·
Las mejoras en
las condiciones de trabajo.
·
Una bajada de la
natalidad difícil de pronosticar.
Ahora la parte alta de la pirámide se ha truncado más
de lo que permiten las condiciones generales en las que se planteó el sistema
de pensiones y se ha ampliado ocupada por las personas de mayor edad. Por el
contrario la base donde se cuenta a los más jóvenes se va reduciendo y para
mayor mudanza la altura que significa la esperanza de vida va creciendo. Por lo
tanto el mantenimiento del sistema no puede estar soportado solamente por las
rentas del trabajo y por el esfuerzo de quienes trabajan sino que hay que
modificarlo en toda su concepción.
Esta realidad no ha cogido a nadie por sorpresa.
0
A las pensiones les llegan sus recursos por varios
cauces:
· Las que provienen de la Seguridad Social.
Son a las que nos referimos y que parecen ser las
trascendentes.
Están basadas sobre todo en la compra de voluntades
que tiene el sistema y que premia a quien más ha trabajado y más ha ganado en
el tiempo que ha trabajado y limosna a los que viven en la subsistencia.
· Las que provienen de planes de pensiones privados.
Estas pensiones las tienen también quienes han ganado
lo suficiente como para que regularmente poder apartar cada mes un dinero
sobrante de su economía, o bien lo ha apartado la empresa en la que ha
trabajado.
Son aquellas que se iniciaron alimentando el sistema
económico actual, y que le interesa que crezca, pues supone coger muchos pocos
del ahorro de la sociedad y hacer con ellos lo que se quiera.
No se puede caer bajo ningún concepto en esta trampa
de la capitalización que es lo que en realidad quiere el sistema: que vayamos
ahorrando más todavía durante toda la vida que ya nos guardarán ellos los
dineros y el día de mañana nos los devolverán.
Si la pensión
que te queda es baja: pues haber ahorrado más.
· Ingresos más o menos estables de sus propios recursos.
Provienen de bienes que los mismos jubilados administran.
Los bienes pueden haber sido heredados, o ahorrados
durante su vida laboral y les aportan unas rentas mensuales, vía propiedades,
ahorros u otras inversiones. Esta es la pensión de las clases medias.
· Las pensiones de viudedad.
Son las cenicientas del sistema. No están sujetas al
trabajo de quien en principio nació el derecho porque ya ha muerto.
Siempre se
calculan al mínimo.
· Las que aporta el Estado a quienes no tienen otra
cosa.
Esta pensión sea o no sea contributiva que es un
derecho reciente de las personas mayores desde el mismo momento en el que lo
solicitan. Pensiones a las que accede todo aquel a quien su pensión le ha quedado
exigua porque haya trabajado por cuenta propia o ajena, cuentan con muchos años
en los que no ha cotizado y no ha cotizado lo suficiente.
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En la actualidad, sin que nadie se atreva a dibujar
qué suponen socialmente las injusticias sociales que mantiene este sistema, y
sin querer afrontar un cambio radical de la filosofía después de los grandes
cambios que ha habido, las mayores controversias con las que nos encontramos
con respecto a las pensiones son:
·
Los periodos de
cotización que se han de computar para valorar el importe final que va a
suponer la pensión a cada beneficiario.
·
Los años
cotizados para tener derecho al cien por cien de las bases correspondientes a
las cotizaciones que marca la ley.
·
La edad de
jubilación también está sujeta a una edad mínima pero que en algunos casos se
determina según los años cotizados.
Son todo intereses muy particulares en los que cada
persona hace acopio de su egoísmo vital y echa sus propias cuentas sin mirar a
su alrededor y sin importar cómo les va a los demás.
Por eso nadie quiere entrar en el fondo de la
cuestión.
Hay muchas voluntades que comprar y muchos votos que
contar.
En los últimos
veinticinco años he conocido algunas reformas del sistema de pensiones, con
acuerdos globales por parte de todas las fuerzas políticas y sindicales. Todos
estos cambios transcendentes siempre se han trazado siguiendo la ideología
sindical y dentro del sistema de compra venta de votos al que tan acostumbrados
están los políticos y han conseguido que estos trabajadores ahora jubilados
pero siempre trabajadores estén cobrando ahora más que cuando estaban
trabajando y más que quienes le han sustituido en su trabajo sin que esta
circunstancia parezca importarle nada ni nadie.
Ninguna reforma ha entrado en el fondo de la cuestión.
Siempre y de nuevo recurren las normas a lo que se ha
trabajado.
Seguir premiando a los afortunados.
A los que se ha cotizado.
0
Después de todos los aspectos que he explicado de las
pensiones:
·
Es necesario que
en la misma proporción y medida en la que se reduzca el tiempo de trabajo, se
ha de bajar el montante de las pensiones que se presta desde el Estado.
·
Es necesario que
las pensiones altas se reduzcan de manera importante en beneficio de las
pensiones más bajas.
·
Se unifique una
pensión general y que sea además individual.
·
Se rompa ese nexo
entre el derecho a la pensión a las personas mayores y el trabajo realizado por
ellas durante toda la vida.
.
Esta abolición de las pensiones tal y como se entienden
ahora, puede ser uno de las caras más difíciles de entender de esta obra, pero
quienes han trabajado durante toda la vida han de ser conscientes de que:
·
A pesar de la
dificultad que entrañan saber cuanto a trabajado cada cual. sus derechos se
establecieron sobre la premisa de que el trabajo era un derecho universal
garantizado en el que incluso se cotizaba cuando se estaba con el subsidio de
desempleo y no ha sido así.
·
Que ni los que
trabajaron antes, ni los que trabajan ahora, pagan en la misma proporción en la
que está previsto que cobren.
·
Las cuentas, sin
ninguna duda que un tanto a su favor, las hizo una generación que ha montado un
gran soufflé económico y sin que las generaciones posteriores pudieran
cuestionarlas ni repasarlas.
·
No pueden exigir
a las generaciones venideras con su trabajo: un esfuerzo casi tres veces superior
al que tuvieron que hacer los actuales jubilados con las generaciones que les
precedieron.
Es necesario implantar un salario mínimo que a cierta
edad sea universal exentamente de lo que se haya trabajado, ni en qué sector se
haya hecho y que a todos le garantice una dignidad mínima en sus vidas.
Es fácil y necesario ampliar el montante de las
pensiones.
El salario social se ha de ampliar y extender de tal
manera que las necesidades básicas de asistencia y sanidad se cubran por
completo.
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