lunes, 19 de enero de 2015

Otra realidad del trabajo

La rotación de las personas en los trabajos y de diferentes trabajos entre distintas personas daría un enriquecimiento interior a las personas y una eficiencia al trabajo que ahora mismo es inimaginable. Además esta opción resultaría ser un buen modo de dar disposición y solvencia con las que tener mejores condiciones para defender su trabajo a las personas que han de trabajar. Sin embargo, es una siembra imposible: nadie puede hacer germinar una semilla que no tiene y cuando los trabajadores se aferran a su puesto de trabajo limitan sus capacidades y entre el aburrimiento y la abulia quedan estériles.
       En la vorágine espantosa de este mundo, en la conciencia social se sigue considerando un bien la conquista de la estabilidad en el trabajo. Con esta inmovilidad al parecer es la única manera de que se pueda vislumbrar y planificar un futuro: un trabajo para toda la vida. No hay cosa peor que defender el puesto de trabajo tan indefinido que incluso el trabajador quiere dejar en heredad a alguno de sus descendientes. Este es el sueño y el recurso de los timoratos, con miedo abrasador a perder el trabajo y con los que las empresas o instituciones con tintes paternalistas quieren comprar la vida entera de sus trabajadores.
       El otro día entre en las oficinas centrales de la Caja Agrícola.
      Hacía treinta años que no entraba en aquella casa y entonces lo hacía a menudo. Puerta principal, a la izquierda en cuatro pasos un mostrador, tras el mostrador la misma mujer que hace treinta años. Entonces joven y ahora mayor, tan mayor que me ha alcanzado y ya es de mi ti tiempo. Yo no veo más que a una mujer en una madriguera a la que ha ido a protegerse durante toda su vida laboral porque allí se siente segura y mejor que nadie sabe qué hacer. Un trabajo altamente cualificado. Una mujer que ha conocido: la centralita telefónica, el telégrafo, el fax y el correo electrónico y que en su potro de tortura no ha sentido más dolor que cuando le cambiaban la silla.
      En el interior del alma proletaria subsiste esa ideología burguesa por la que no se puede rechazar la mano que te da de comer y el menestral ha de estar allí donde dios disponga y la mano te mande. Una manera de entender la vida laboral que perjudica muy gravemente a quien ha de trabajar y que lleva a perder su vida a trozos a quienes no les importa perderla porque para nada les vale.
       La realidad viendo el trabajo desde otra perspectiva, es que desde esa estrategia falaz e ineficiente del trabajo para toda la vida se han abierto unas diferencias tan enormes entre quienes tienen trabajo para toda la vida y quienes no lo tienen. Porque esta misma circunstancia se extrapola entre quienes están trabajando en un sector o en otro, entre los que tienen una edad u otra y tiene sus consecuencias. Por lo tanto entre quienes trabajan hay una lucha solapada con quienes no trabajan y han de llegar a un acuerdo en el que se repartan el trabajo y sus rentas, con independencia de cómo actúen el resto de los factores económicos.
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Si miro la realidad económica desde una perspectiva de los últimos cuarenta años que es de los que tengo referencia propia, compruebo que pesar de que el sistema está inventando productos nuevos cada día a la vez que descubre nuevas necesidades, los bienes y servicios básicos que se producían entonces es muy parecido a los que se producen ahora.
       La producción tiene en la actualidad mayor volumen y complejidad, pero en realidad y desde la observación de los productos y servicios importantes: los de atención a las necesidades humanas, con el paso del tiempo son prácticamente los mismos.
       No obstante el mundo no ha podido ni necesitado duplicar ese número de productos y servicios importantes e imprescindibles, y sin embargo, ha llevado a la población a trabajar el doble de lo que trabajaba antes de estos tiempos nuevos. Los hombres siguen trabajando ocho horas y las mujeres, como un trofeo en su batalla por la igualdad las han de trabajar también si quieren tener una autonomía financiera.
       Pero también trabajan mucho más que el doble las cantidades ingentes de población de países a los que consideramos en vías de desarrollo que han pasado de justamente de procurar su subsistencia a producir para el resto del mundo sin más razón que incrementar el poder y las riquezas de sus clases dirigentes y mal seguir subsistiendo.
       Y teniendo que trabajar tanto por ahora nada se ha solucionado.
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Hemos de observar la realidad desde el hecho que desde el mundo empresarial tampoco llega la solución a los problemas de mundo del trabajo ni de quienes necesitan trabajar para supervivir. Solamente crean trabajo en aquellos lugares el los que puede mover capital con arreglo a sus condiciones y hacer valer su capacidad de gestión e implantar un saber hacer que nada tiene que ver con mejorar la productividad real.
       Las cantidades de dinero que disponen: los bancos centrales, las grandes trasnacionales, y la industria financiera con la grandes fortunas, los fondos de inversión, unido a los ahorros de sus cómplices infiltrados en la sociedad, son tan ingentes e incalculables que salvo excepciones, es imposible que las personas corrientes, con proyectos normales, sean capaces de emprender o colaborar en ganarse la vida de una manera racional sustentando su existencia en el trabajo.
       Los empresarios cuando por razones que no tienen nada que ver con el mundo de trabajo se ven incapaces de hacer sus inversiones en los lugares donde han acumulado su capital, con la aquiescencia el orgullo y el apoyo de los gobiernos ve van a hacer esas inversiones, a promover los grandes proyectos de creación de puesto de trabajo, a crear riqueza, a otros países en los que la mano de obra es más barata.
      Entonces se habla de expansión y diversificación.
      Aunque en realidad se le ha de llamar deslocalización.
      Productividad es incrementar y abaratar los costes de mano de obra.
      Difícil es soñar con un puesto de trabajo digno y para toda la vida.
      Mientras tanto en este estado de cosas desde los departamentos de recursos humanos piensan cómo cebar la ambición del trabajador que no es otra que ganar más dinero con su esfuerzo más sostenido en el mismo tiempo. Aunque hace casi un siglo que Estajanovich ideó la herramienta para dar una nueva dimensión al trabajo, en estos tiempos las primas de producción para quien trabajar con mayor tensión de la requerida con normalidad son las que además fijan in-crecendo los objetivos de la cantidad de trabajo a realizar. Trabajadores que en plenas facultades para trabajar en perfectas condiciones y en virtud de su derecho y ambición, no son capaces de llegar a ver que a medio plazo cuánto más esfuerzos hacen en el trabajo menos valor tiene para quien le paga. No obstante exigen al resto de sus compañeros, los demás trabajadores, que como ellos hagan la cuota parte de trabajo que les corresponde para ver reconocido su mismo derecho ante quien paga, sin darse cuenta que cada  día son más los que están mirando y contado y controlando lo que hacen y que son los mismos que mañana les dejaran sin trabajo.
       Y sin embargo la gran mayoría de los productos y servicios que consumimos la población, se hacen muy cerca de nuestras casas y de nuestras vidas y se pueden resolver a pequeña escala. Actividades en las que nada tienen que ver los flujos mundiales ni el valor de la moneda.
                                                                                           
Es trabajo de unos, recíproco con el trabajo de quienes están cerca.
-  Asistencia sanitaria.
-  Cultura y enseñanza.
-  Escuelas y universidades. 
-  Cultura, ocio y entretenimiento.
-  Servicios y mantenimiento.
-  Comercio, alimentación.
 

Datos de Instituto Nacional de Estadística a 31/12/2011.
 
Total salarios por cuenta ajena
      508.620
 100.00%
Salarios Administración
142.962
28,11%
 Salarios Comercios.
120.605
23.71%
Salarios Industria y Energía
103.405
20,33%
Salarios Servicios,
45.711
8,99%
Salarios Construcción.
42.356
8,33%
Salarios Culturales y Ocio
26.805
5,27%
Salarios financieros
22.066
4,34%
Salarios Agricultura.
En millones de euros.
 4.700
0,92%
 
 
    En un somero repaso a estas estadísticas hay cosas a tener en cuenta:
- Mucho más del 80%  de los trabajos se prestan en actividad interna, a la que no le afecta su relación y/o dependencia con el exterior.
- En torno al 25% de los salarios correspondería a trabajos inútiles.
- Resulta muy curioso las escasas rentas que genera el sector de la Agricultura y de la Ganadería que crece año a año durante todo el siglo sin llegar a alcanzar el 1% de los salarios. Más si cabe sabiendo que los 727.900 trabajadores tienen con una renta media anual de 6.464 euros.
- Las rentas salariales del sector de la construcción suponen un total de 1.378.800 trabajadores a los que les procura una renta anual de 30.700.- euros. Cinco veces las de la Agricultura y de la Ganadería.
- En el sector financiero y de seguros, que parece que no existiera en el ambiente, supone una parte importante de la actividad laboral.
Ninguna de estas circunstancias es casual ni inocente.

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